Consejos para la salud....
¿Sabías
que las gárgaras con agua con sal o bicarbonato son muy efectivas para acabar
con el dolor de garganta? Nos ayudan a reducir la inflamación y eliminan
gérmenes y bacterias
¿Quién no ha padecido alguna vez una infección de garganta? Es
doloroso, molesto y dificulta mucho nuestro día a día. Nos duele al hablar, al
toser, al respirar… ¿Existe algún modo de poder aliviarla? Desde luego. A
continuación de damos sencillos remedios que poner en práctica en esos
días en que sufrimos una infección de garganta.
Remedios para tratar la infección de garganta
En ocasiones es por el cambio de estación. Por ese aire acondicionado
que nos reseca y enferma la garganta.
Por la llegada del frío o incluso, tampoco hemos de pasarlo por alto,
por atravesar momentos cargados de estrés y ansiedad.
La infección de garganta está originada por una infección bacteriana,
viral o una lesión. Puede ser más resistente y necesitar un tratamiento a
base de antibióticos. Otras veces, esta infección se alivia con unos días de
descanso.
Ten en cuenta además que, a veces, nuestro sistema
inmunológico está algo débil, tenemos las defensas un poquito bajas
y somos más vulnerables a las infecciones y a determinadas enfermedades. Así
pues, nunca pases por alto el alimentarte adecuadamente para poder defenderte.
Entonces… ¿Ponemos en práctica los siguientes consejos?
1. Infusión de tomillo, miel y limón
Nada tan sencillo y efectivo como estos tres
elementos. El tomillo, por ejemplo, es un poderoso antiséptico
capaz de combatir los gérmenes, al igual que la miel, capaz de cicatrizar, reducir la inflamación y de
suavizar toda nuestra garganta.
- El combinarlo con el jugo de limón, te aportará un brebaje medicinal ideal para ir bebiendo a lo largo del día. Pero ¿cómo lo preparo?
- Hierve en un litro de agua dos cucharadas de hierbas de tomillo fresco.
- Incluye el jugo de un limón y también su cáscara. Hierve durante 10 minutos.
- Pasado este tiempo, deja que repose 10 minutos y cuela la infusión.
- Tómalo con dos cucharadas de miel a lo largo de todo el día. Te irá curando.
- Coge 250 ml de agua, y diluye en ella una cucharada de sal.
- Haz gárgaras con este preparado cada hora. Pero nunca lo tragues. Permite que llegue a tu garganta y que esté en ella unos segundos, después expulsa y vuelve a repetir.
- En lugar de sal, también puedes utilizar una cucharadita de vinagre de manzana o incluso bicarbonato de sodio. Reducen la inflamación, eliminan gérmenes y bacterias y tratan la inflamación de garganta de un modo muy efectivo.
Ya sabes que el ajo, se alza como el antibiótico natural más
poderoso y que disponemos al alcance de todos. Es efectivo, saludable y no
tiene efectos secundarios. Entonces ¿por qué no utilizarlo cuando padecemos una
infección de garganta? Te explicamos cómo:
- Machaca un ajo y dilúyelo en medio vaso de agua. Después, bebe.
- Puedes repetir esto dos veces al día. Sabemos que puede quedar algo de él en tu aliento, pero vale la pena hacerlo, te recuperarás mucho antes.
4. Compresas con té de manzanilla
Este remedio lo aplicaremos en forma de compresa húmeda en nuestra
garganta. De este modo, rebajaremos también la inflamación y encontraremos
alivio. Sigue estas pautas:
- Prepara té de manzanilla, 3 cucharadas en un vaso de agua (200 ml).
- Una vez haya desprendido todo el jugo de la infusión, baja el fuego y espera hasta que el té esté tibio.
- Pon la infusión en un cuenco y ve humedeciendo la compresa para después aplicarla en tu garganta. Repite el proceso cuando notes que se enfríe; lo ideal es que estés al menos 20 minutos con este tratamiento a base de manzanilla.
- Fácil y efectivo. Combinar el té verde y la cúrcuma te va a permitir rebajar la inflamación e ir mejorando tu infección de garganta.
- Prepara como de costumbre tu té verde. Cuando llegue a ebullición, añade media cucharadita de cúrcuma molida.
- Toma cuando haya reposado unos 5 minutos, acompañándola con un poco de miel. Te hará sentir mejor.
Tu cuerpo está haciendo frente a una infección. Un modo muy adecuado de
ir cogiendo fuerzas, de permitir que nuestras defensas naturales vayan
actuando, es descansando adecuadamente. Así que permítete un periodo de merecido
reposo. ¡No pasa nada y te curarás antes!
Lo ideal sería dormir unas 10 u 11 horas diarias, así que efectúa
alguna siesta a lo largo del día, y duerme lo suficiente por las noches para
recuperarte. Verás como, poco a poco, te vas encontrando mucho mejor.
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